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08 Jul iloftmalaga – Los secretos del cementerio inglés

Casi desapercibido en el Paseo de Reding, inundado de vegetación y con una apariencia de paz plena, el Cementerio Inglés es una de las joyas ‘ocultas’ del patrimonio de nuestra ciudad.

Previo a su construcción, la oscuridad otorgada por la noche era el momento justo en el que los extranjeros protestantes bajaban a las orillas de las playas malagueñas para enterrar a sus familiares fallecidos. Lo hacían en playas poco concurridas y en alerta continua para no ser descubiertos por las fuerzas de seguridad de la ciudad. En 1831 todo cambió con la construcción del cementerio St. George’s o Cementerio Inglés. La nueva necrópolis malagueña se convertía en el primer cementerio protestante del país, y fue William Mark, cónsul británico, el encargado de conseguir los permisos necesarios para la construcción de un camposanto que acogiese los cuerpos de sus compatriotas protestantes que no podían, por convicción religiosa, ser enterrados en la ciudad.

El primero en recibir los dudosos honores de sepelio en el Cementerio Inglés fue Robert Boyd, un soldado irlandés que se había unido (y financiado) a la revolución liberal que había iniciado el General Torrijos tras el fin del reinado de Fernando VII. Y no fue hasta varios años más tarde cuando, tras un temporal frente a las costas de Málaga, la fragata alemana  Gneisenau naufragó dejando 41 víctimas, que el pueblo malagueño se encargó de llevar a tierra y dar sepultura en el lugar que hoy nos ocupa. Cabe destacar, como curiosidad en este punto que, debido a estos dos hechos, la ciudad ganase respectivamente los títulos de “La primera en el peligro de la libertad” y “Muy hospitalaria”.

Pero no sólo de soldados y náufragos hablan sus lápidas. El mismísimo Jorge Guillén, enamorado de Málaga y el mar, pidió ser enterrado cerca de los elementos que inspiraron su obra tardía, deseo que le fue concedido (de forma póstuma, obviamente) al ser enterrado en el Cementerio Inglés en la ceremonia más multitudinaria que se recuerda hasta la fecha en el enclave.

Ya en 2012, la propia administración declaró el lugar como un bien de interés cultural, y quedó igualmente registrado en la Asociación de cementerios significativos de Europa, galardón que no hace más que confirmar que, para los viajeros más ávidos de lo exótico, el Cementerio Inglés será una piedra angular de la oferta cultural que puede consumir en su visita a nuestra bendita tierra.