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22 Jul Macharaviaya: entre la Historia y la Poesía

Este pueblo blanco de la Axarquía, de calles empedradas, origen morisco y a medio camino entre la sierra y la mar, es cuna de poetas y conquistadores. 

Vecinos y visitantes se dividen entre estrofas y épicas batallas, entre los versos y el arte de la guerra. Macharaviaya bebe de las letras del poeta Salvador Rueda y de las conquistas de la Familia Gálvez. Uno consiguió que sus orígenes fueran protagonistas de sus poemas y otros trajeron el pan de cada día a los macharatungos, como se les denomina a los autóctonos. Hoy, los turistas caminan por las calles del que se llamó en su momento “pequeño Madrid”. 

Los Gálvez, la familia más conocida del pueblo, convirtió el territorio en sede de las Américas en España, tras su paso por el continente conquistado y ocupar puestos de gran renombre como virrey de Nueva España o Ministro de las Indias, durante el reinado de Carlos III. Fue durante el siglo XVIII, tras la vuelta de América, cuando el municipio malagueño se convirtió en territorio de prosperidad económica gracias al trabajo de la vid y a la instalación de la Real Fábrica de Naipes, que poseía el monopolio de este producto para su venta al otro lado del charco. 

Sin embargo, el más destacable es Bernardo de Gálvez, que en su aventura americana, participó en la Guerra de Independencia consiguiendo expulsar a las tropas británicas de la Florida, lo que le hizo ser nombrado hijo honorífico por el mismísimo George Washington. 

Actualmente, el pueblo gira en torno a ellos y a sus pasos en la historia. Las calles llevan sus nombres, la plaza principal está ocupada por la figura de Bernardo de Gálvez y cada 4 de julio llevan a cabo una recreación histórica sobre sus hazañas durante el conflicto bélico que le propició su reconocimiento, siendo declarado como singularidad de la provincia. Además, si quieres conocer más sobre ellos y su labor, cuentan con un museo que se puede visitar, la cripta donde descansan sus restos, la antigua Real Fábrica de Naipes que sigue con su fachada intacta o la Iglesia de San Jacinto, de estilo barroco clasicista de la provincia de Málaga, que fue reconstruida por la familia por orden de Carlos III. 

 

Su otro vecino dotado con popularidad, Salvador Rueda, considerado como el precursor español del modernismo, basó muchas de sus obras en sus orígenes humildes en el pueblo. De hecho, se le considera uno de los máximos exponentes del costumbrismo andaluz, siempre ligado a sus raíces. La casa que le vió nacer es hoy en día otra de las atracciones turísticas de este municipio, donde se conservan sus enseres personales tal como las abandonó el poeta. Sin duda, una parada que no te puedes perder. 

 

Y si quieres irte con buen sabor de boca de Macharaviaya no se te puede olvidar probar la sopa de maimones, muy típica de la zona. Elaborada sólo con ingredientes de la tierra: ajo, tomate, aceite de oliva, huevos y lo más importante, el pan cateto. 

 

Este pueblo te traslada a otra época, a una en la que Málaga se situaba en el mapa, siendo participe de grandes logros y protagonista de páginas de gloria en los libros.